El VIH es un
virus que causa el síndrome de la inmunodeficiencia humana (SIDA). Actualmente
no tiene cura pero sí existe un tratamiento que cronifica la enfermedad
manteniéndola en la fase latente. Solo se transmite por fluidos corporales como
sangre, semen o leche.
·
SEXUAL: en
relaciones sin protección, al entrar en contacto con los fluidos de la persona
infectada.
·
SANGUÍNEA: la manera más común de contagiarse por sangre es a la hora de compartir
las jeringuillas en el uso de drogas intravenosas o en los servicios sanitarios
cuando no utilizan las mejores medidas de higiene (como suele ocurrir en los países
subdesarrollados) y, antiguamente, cuando aún no se conocía la enfermedad, había
casos de contagio por trasfusiones de sangre que no se sabía que estaban
infectadas.
·
PERINATAL (de
madre a hijo). Es en esta en la que nos vamos a centrar. Según el Ministerio de
Sanidad, hoy en día, en España las mujeres representan el 15% de las nuevas
infecciones por VIH y la media de edad ronda los 35 años, es decir, edad fértil
de la mujer en la que las posibilidades de querer ser madre, aumentan.
La transmisión puede ocurrir durante las últimas semanas del embarazo,
durante el parto, o al amamantar al bebé. La más problemática es el parto ya
que el bebé entra en contacto con la sangre materna y puede infectarse. Además también
se sabe que la leche materna en mujeres infectadas, está contaminada con este
virus y también supondría un riesgo de trasmisión.
Toda mujer debería hacerse una prueba de VIH antes de quedarse
embarazada para poder tomar las mejores medidas de precaución. Además hay mujeres que
ni siquiera saben que están infectadas.
Actualmente en países
desarrollados la transmisión vertical del VIH está totalmente controlada
(siempre que la madre sepa que es portadora del virus) ya que desde el inicio
del embarazo se le da a la embarazada un Tratamiento Anti-Retroviral de Gran
Actividad (TARGA) especialmente indicado para estas situaciones, el parto se
realiza por cesárea generalmente, se suprime la producción de leche, y con ello
la lactancia, e incluso se da tratamiento antiviral al recién nacido. El
pequeño también recibirá un tratamiento antirretroviral preventivo durante 4-6
semanas y será seguido por el pediatra en sus primeros años.
Tomando estas precauciones, la transmisión
de madre a hijo durante el embarazo y el
parto, ha disminuido a menos del 1%
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