La bronquitis es la inflamación del recubrimiento de los bronquios. Los bronquios son los encargados de conectar la tráquea con los pulmones. Cuando los bronquios están inflamados o infectados, entra y sale menos aire a los pulmones. Como consecuencia de esto, se tose mucho expulsando esputo o flema. Cuando esta bronquitis presenta una tos persistente y no hay otra enfermedad subyacente que pueda explicar su origen se considera esta Bronquitis crónica.
La bronquitis crónica no aparece de manera repentina. El primer síntoma puede ser la tos persistente con flema después de un resfriado mal curado. Si esto no se vigila, con el paso del tiempo los resfriados cada vez causan más daño y la tos posterior dura cada vez más tiempo hasta convertirse, incluso, en algo habitual. Se manifiesta con mayor frecuencia durante el invierno. Puede ser causada por virus, bacterias y, especialmente, por gérmenes similares a las bacterias, como Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia.
Los síntomas de la bronquitis crónica empeoran cuando aumentan las concentraciones de dióxido sulfúrico y de otros contaminantes en el aire, y lo hacen aún más cuando los afectados fuman. A menudo las personas no prestan atención a la bronquitis crónica hasta que la enfermedad está en una etapa avanzada, porque creen erróneamente que la bronquitis no supone un riesgo importante.
El objetivo principal del tratamiento de la bronquitis crónica es reducir la irritación de lostubos bronquiales. Para ello pueden ser útiles los antibióticos y los fármacosbroncodilatadores, que contribuyen a relajar y abrir las vías aéreas en los pulmones.
En los niños, la amoxicilina es el fármaco de elección habitual. Los antibióticos no son útiles en infecciones víricas.
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