La Espondilitis Anquilosante es una enfermedad reumática que causa inflamación de las articulaciones de la columna vertebral y de las sacroilíacas. Se suele manifestar con fases de dolor lumbar, puede afectar a toda la columna y a las articulaciones periféricas y ocasiona dolor en la columna y en las articulaciones, rigidez vertebral, pérdida de movilidad y deformidad articular progresiva.
Puede acompañarse de manifestaciones extraarticulares, como inflamación en los ojos o en las válvulas del corazón.
El diagnóstico de la espondilitis anquilosante suele realizarse mediante una anamnesis y una exploración física, con posterior radiografía de la columna vertebral y de la pelvis. Los análisis de sangre y orina pueden ayudar a apoyar el diagnóstico.
Suele manifestarse en la adolescencia o en la juventud y su incidencia es mayor en los hombres. Por el contrario, las mujeres pueden presentar la enfermedad de forma más leve con lo que su diagnóstico es más difícil. El tratamiento de esta enfermedad va a ser con:
- Analgésicos: Se utilizan para aliviar el dolor
- Antiinflamatorios: Consiguen aliviar el dolor y reducir o suprimir la inflamación articular.
- Sulfasalacina: Puede ser beneficiosa en los casos más graves
- Metotrexato: Se utiliza fundamentalmente para detener las artritis de las articulaciones periféricas.
- Rehabilitación: Es esencial que los individuos que padecen espondilitis anquilosante realicen los ejercicios físicos recomendados.
- Cirugía: Solo en algunas ocasiones, cuando las articulaciones están muy dañadas y se ha perdido la movilidad, es necesaria la intervención quirúrgica.
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